Tan sólo mirando hacia arriba podremos andar por este mundo sin tropezar.

martes, 9 de octubre de 2007

Volver a casa


¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.

SALMO 73.25–26


Añoramos volver a casa cuando estamos lejos de ella. Por muy bien que nos traten. Por magníficas que sean las vistas. Por más calor o frío que estemos pasando. Siempre añoramos volver a casa. Parece que no encontramos nuestro lugar aquí.
Estoy completamente seguro que lo que le pasa al ser humano en general, y a nosotros en particular, es que estamos lejos del hogar. Tratamos de amoldarnos a lo que este planeta y este país (de los mejores para vivir en la Tierra, dicho de paso) nos ofrecen para mantener una existencia digna y plena. Pero en realidad, en lo más profundo de nuestro ser, sabemos que estamos lejos de casa. Volver al hogar es una fuerza poderosa que nos mueve y nos conmueve.
Pero a veces sucede que no sabemos encontrar el camino de vuelta. Hace tanto tiempo que abandonamos aquel paraíso que estamos perdidos. Estamos perdidos, confundidos y desorientados, y por eso tuvo que venir a buscarnos. Dejando atrás cosas que jamás podremos imaginar, ni con la más prolifera de las mentes, saltando distancias y recorriendo abismos que nuestra capacidad mental no puede abarcar..Vino a por nosotros. Jesús no se imaginaba el cielo sin que en él estuvieramos tú y yo. Abrió las puertas celestiales y tendió un puente que no tiembla ni se romperá jamás. ¿Nos dejaremos guiar hacia las mansiones celestes? "Fuera de ti nada deseo en la tierra" escribió el salmista. Ese es nuestro deseo íntimo y esa es la poderosa fuerza que nos llevará de vuelta a casa.

Feliz día con Jesús.

No hay comentarios: