"Si tocare solamente su manto, seré salva"
En el encuentro con Jesús de la mujer enferma de flujo y de Jairo, me ha llamado mucho la atencion esta mañana el protagonismo que adquiere el sentido del tacto. Ambas personas entraron en contacto con Jesús a través del tacto y fueron sanadas. Tambien me ha llamado mucho la atencion el pensamiento de esta mujer: "si tocare solamente su manto, seré salva". Me ha conmovido pensar que Jesús estaba dispuesto a tocar y a ser tocado por todo el mundo. Me ha conmovido pensar que Jesús es aquél padre que salía cada día al camino esperando ver a su hijo regresar y que, cuando lo vio, corrió a su encuentro y le abrazó. No se conformó con un gesto desde la distancia o un apretón de manos, le abrazó. ¿Por qué aspirar a rozar levemente el manto de Jesús cuando podemos abrazarle? ¿Por qué quedarnos en un apretón de manos si él esta deseando abrazarnos? Hay poder y hay salud en el contacto con Jesús pero, sobre todo, hay verdadero amor divino y ese amor ha sido derramado sin medida en este mundo a través de él. Hoy os propongo que abracemos a Jesús con todas nuestras fuerzas. Que sintamos su calor y su ternura. Que sintamos como nacemos de nuevo. Amen.
Un abrazo y feliz día,
Roberto.
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