Tan sólo mirando hacia arriba podremos andar por este mundo sin tropezar.

martes, 20 de marzo de 2007

Más grande que la Muerte.


Hace algunos días que estoy más transcendente de lo normal. En poco tiempo he tenido que asistir y acompañar a compañeros de trabajo a los que el aguijón de la muerte les pasó muy de cerca (un hermano y una madre). Hace años que leo en las Escrituras que más vale acercarnos a la casa del luto que a la de la fiesta de bodas. Nunca comprendí bien este texto, (bueno, en realidad no quería entenderlo) pero ahora, conforme va pasando el tiempo, sé que a pesar de ese terrible dolor no estamos solos. En estos momentos he tenido más tiempo y posibilidades que nunca antes de poder hablar del amor de Dios, tanto con los compañeros afectados como con los demás que lo vivían en tercera persona. He podido testificar, orar, escuchar y compartir como hacía mucho tiempo que no podía hacer en el trabajo. Y he visto que realmente tenemos un Dios grande, cuya misericordia supera y va más allá de los conocimientos bíblicos que tengamos y las doctrinas. No es cuestión de conocimiento. Es cuestión de relación.
Duele, duele mucho, pero ese dolor se mitiga y aleja cuando hacemos a esas personas los motivos de nuestras oraciones. No quiero olvidar que tenemos como Señor al Dios de la Vida.

Quiero llegar a ese momento de la historia de la humanidad en que no podamos hablar de la muerte, que sea cosa del pasado más lejano, porque ya estará olvidado en nuestras mentes y no querremos acordarnos de ella más.

Pero mientras llega quiero que Dios me use para mitigar en los demás ese sentimiento tan extraño que es ajeno a nosotros y nunca llegamos a aceptar. No quiero olvidar que ya ha sido vencida por nuestro Señor de la Vida. Escondidos y agazapados en Jesús, ya la hemos vencido.

"Todas las cosas son por vuestra causa." "Sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir; todo es vuestro; y vosotros de Cristo; y Cristo de Dios."

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