Tan sólo mirando hacia arriba podremos andar por este mundo sin tropezar.

jueves, 27 de septiembre de 2007

Postrado ante trono



Me ha dicho [el Señor]: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
2 CORINTIOS 12.9–10

A veces cuesta entender el sistema de jerarquías que hay en el Cielo. Aquí tendemos a engrandecer a las personas según sea el conocimiento que tengan, la posición económica, el estatus social, etc... Pero ante el trono celestial no es así. Allí lo que prima es el servicio, el amor y la ayuda. El mayor es el que más y mejor sirve a los demás. Por eso el Señor se perfecciona en nosotros en nuestra debilidad. Porque cuando somos débiles es cuando más demandamos fortaleza y ayuda. Cuando somos consientes de nuestra insignificancia es cuando buscamos significado. Y dónde único encontramos todo eso junto y, además, en la medida individual que necesitamos es a los pies de Jesús. Allí aprendemos a servir y a ser útiles, Si no fuera por nuestras debilidades no necesitaríamos de Él, y sólo postrados ante su presencia somos poderosos de verdad.

Feliz día con Jesús..

lunes, 24 de septiembre de 2007

Él no pelea como nosotros peleamos



1 Sam 17:47
"Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos".


Este texto me ha hecho reflexionar esta mañana sobre nuestra seguridad y confianza en la protección Divina. Nos cuesta ponernos en sus manos porque pensamos que sus armas son las misma que las nuestras y, como dice el texto, El no salva con espada y con lanza. !Que manía de humanizar a Dios tenemos!
El no pelea con armamento convencional, !que digo yo! Ni siquiera pelea, El es el dueño de la batalla, el diseñador, creador y sustentador de todo. Se mueve en una dimensión que no podemos entender, no se asemeja a nada de lo que conocemos o podemos asimilar racionalmente.
El es el dueño de todo, por lo tanto, hasta mi mas mínimo deseo y pensamiento no escapa de su conocimiento. Mis tensiones y ansiedades son asunto suyo. Vayamos pués confiados ante el trono de Su gracia.
Feliz dia con Jesús y feliz Sábado en Su presencia.
Ángel.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Y si Dios me mirara a la cara...

"Dios le dio a Salomón la sabiduría que él deseaba más que las riquezas, los honores o la larga vida. Le concedió lo que había pedido: una mente despierta, un corazón grande y un espíritu tierno. "Y dio Dios a Salomón sabiduría, y prudencia muy grande, y anchura de corazón como la arena que está a la orilla del mar. Que fue mayor la sabiduría de Salomón que la de todos los orientales, y que toda la sabiduría de los Egipcios. Y aun fue más sabio que todos los hombres; . . . y fue nombrado entre todas las naciones de alrededor." (1 Rey. 4: 29 - 31.)" PR [22]



Una mente despierta.... Para ser capaz de ver a Jesús en todas las cosas y personas que me rodean, conociendo qué decir o cómo actuar en cada circunstancia y poder decir la palabra correcta o la acción idónea en cada caso.





Un corazón grande...... Donde nunca falte amor que procede del cielo y siempre haya verdadera simpatía y generosidad por todos los que me rodean. Generoso y amante.





Un espíritu tierno..... Sensible a la voz de Dios y preparado para ir madurando en su conocimiento. Capaz de identificar los sonidos celestiales. Siempre alegre, joven y creciendo constantemente en los asuntos trascendentales.



Y si Dios me mirara a los ojos y preguntara: "¿Qué quieres que te haga?" ¿Qué respondería?

viernes, 14 de septiembre de 2007

Transmitir el Evangelio


Los hijos de Dios son sus representantes en la tierra y él quiere que sean luces en medio de las tinieblas morales de este mundo. Esparcidos por todos los ámbitos de la tierra, en pueblos, ciudades y aldeas, son testigos de Dios, los medios por los cuales él ha de comunicar a un mundo incrédulo el conocimiento de su voluntad y las maravillas de su gracia. El se propone que todos los que participan de la gran salvación sean sus misioneros. La piedad de los cristianos constituye la norma mediante la cual los infieles juzgan al Evangelio. PP[128]


Me apasiona la idea de que somos instrumentos en las manos de Dios. ¡Qué hermoso privilegio el poder participar de esta labor realmente encomiable! Con trascendencia eterna y de resultados realmente maravillosos. Si observamos la frase final del pensamiento seremos capaces de entender el orden de prioridades del Cielo. El evangelio (las buenas noticias) a traves del amor y la piedad será lo único que nos abrirá las puertas hacia los corazones de aquellos a los que queremos llegar. Esta forma de actuar no coincide con nuestra personal y humana forma de pensar. Pensamos que es a través de la instrucción y /o la imposición.

Pero es que Él es Dios y nosotros no. Quizás es que las cosas del espíritu hay que discernirlas espiritualmente....

lunes, 10 de septiembre de 2007

Al llegar a la cumbre



Hoy he estado meditando en una de esas paradojas que pasan desapercibidas aún a pesar de lo evidente...

Nos esforzamos en llegar alto, en mejorar en cada uno de los aspectos de nuestra vida, en crecer en todas las áreas. Y eso está muy bien. Dios quiere que seamos excelentes en todo aspecto. Que mejoremos cada momento. Y eso también lo queremos nosotros. Queremos ser mejores amigos, trabajadores, jefes, padres, cónyuges, miembros de iglesia, ..... Y resulta que cuanto más alto y mejores somos en algo, más en peligro de alejarnos de lo realmente importante nos colocamos. Más nos acercamos a nosotros mismos mientras nos distanciamos de la Fuente que nos llevó hasta esa cumbre. ¿No deberíamos estar más cerca del cielo cuando subimos a la cumbre?

¡Qué fenómeno extraño se produce! Parece que a medida que vamos subiendo nuestra cabeza se va inclinando hacia nuestro pecho y cuando llegamos a la cumbre, en vez de tener los ojos alzados y mirando al cielo en agradecimiento, estamos mirando nuestro ombligo.

Quiero mantener los ojos siempre mirando hacia arriba. Y cuanto más alto suba en mi crecimiento personal, cuanto más conozca a mi Jesús, más levantada esté mi cabeza, pero no altiva y orgullosamente sino totalmente convencido que el mérito se lo merece alguien que subió a una cumbre muy particular en mi lugar. Y allí en la cumbre, y a cada paso que lleve hasta ella, quiero humillar mi corazón y presentarlo como ofrenda agradable a mi Jesús..

"Al llegar a la cumbre del monte, el rey se postró en oración, confiando a Dios la carga de su alma e implorando humildemente la misericordia divina. Pareció que su oración era contestada en seguida....Y el Señor no abandonó a David..... Jamás fue el gobernante de Israel más verdaderamente grande a los ojos del cielo que en esta hora de más profunda humillación exterior." PP [798]