Tan sólo mirando hacia arriba podremos andar por este mundo sin tropezar.

miércoles, 27 de junio de 2007

y yo te libré


" en la calamidad clamaste, y yo te libré;Te respondí en lo secreto del trueno."

Salmo 81.7
"He aquí una pregunta clave: ¿Cuánto quieres que Dios haga para prestarte atención? Si Él tuviera que escoger entre tu seguridad eterna tu bienestar terrenal, ¿qué crees que escogería? No te apresures en contestar. Piensa un poco. Si Dios te ve de pie cuando deberías estar sentado, si Dios te ve en peligro en lugar de verte a salvo, ¿cuánto quieres que Dios haga para que le prestes atención¿Qué dirías si Él decidiera llevarte a otro país? (Como lo hizo con Abraham) ¿Qué dirías si te llamara a dejar el retiro? (¿Recuerdas a Moisés?)? ¿Qué tal si te hablara un ángel o las entrañas de un pez? (Tipo Gedeón o Jonás.) ¿Qué tal un ascenso como Daniel o una destitución como Sansón? Dios hace cualquier cosa con tal de que escuchemos. ¿No es ese el mensaje de la Biblia? La búsqueda implacable de Dios. Dios a la caza. Dios buscando. Hurgando debajo de la cama en busca de sus hijos escondidos, moviendo los arbustos rastreando a la oveja perdida. Haciendo una bocina con sus manos para gritar por las quebradas. " El Trueno Apacible (Max Lucado)

Podemos correr. Podemos huir. Intentar escapar. Pero nunca llegaremos tan lejos como cuando dejemos a Dios tomar el timón de nuestra vida.
Ahora bien. Una vez en su senda, las maravillas que veremos, empezando en nuestra propia vida, estarán limitadas tan sólo por lo cerca o lejos que queramos situarnos de Jesús.

Es hora de levantar los ojos. Mirar hacia arriba... Escuchar la voz que nos está llamando.

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