Tan sólo mirando hacia arriba podremos andar por este mundo sin tropezar.

viernes, 1 de junio de 2007

Bienvenidos a casa..

"Ustedes, en cambio, se han acercado al monte Sión, a la ciudad de Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, reunión solemne y asamblea de los primogénitos inscritos en los cielos, y a Dios, juez universal, y a los espíritus de los justos llegados ya a su consumación, y a Jesús, mediador de una nueva Alianza, y a la aspersión purificadora de una sangre que habla mejor que la de Abel." Heb 12:22-24

Saludos a todos.
Qué bueno cuando llegue el momento de encontrarnos con Jesús. Hoy meditaba en la idea de lo impresionante que ha de ser acercarse al trono de Dios. Nuestro Dios no es Santo. Ni siquiera Santo, Santo. Él es Santo, Santo, Santo. Por si nos quedaba alguna duda.
Ante su presencia se reunen millones de millones de seres celestiales que no han caído y los que ya han alcanzado la justicia como primicia de la que alcanzaremos nosotros. Y allí en medio, como un alfiler en medio de una fábrica industrial. Como un bebe que balbucea en medio de una ciudad de millones de habitantes. Allí en medio aparezco yo y llamo su atención mientras realizo suaves tirones de la falda de su ropa. Y en medio de ese paisaje impresionante, de esa grandeza que nunca hemos visto, mi Señor deja todo lo que está haciendo y, como un padre que aparca su labor y baja la mirada hacia su pequeño bebe, Jesús detiene su mano y me toca la cabecilla mientras me aprieta contra sí y me dice: "No temas, yo estoy contigo. Ahora te presto toda mi atención. Qué bueno que viniste a hablar conmigo"

Gracias Señor por ser mi "papá".. Gracias por apartar un ratito para escuchar mis balbuceos y para pasar tiempo conmigo...

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