"Las mayores victorias de la iglesia de Cristo o del cristiano no son las que se ganan mediante el talento o la educación, la riqueza o el favor de los hombres. Son las victorias que se alcanzan en la cámara de audiencia con Dios, cuando la fe fervorosa y agonizante se hace del poderoso brazo de la omnipotencia. Los que no estén dispuestos a dejar todo pecado ni a buscar seriamente la bendición de Dios, no la alcanzarán. Pero todos los que se afirmen en las promesas de Dios como lo hizo Jacob, y sean tan vehementes y constantes como lo fue él, alcanzarán el éxito que él alcanzó. "¿Y Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche, aunque sea longánime acerca de ellos? Os digo que los defenderá presto." (Luc. I8:7, 8.) PP.Me encanta este texto. Sobre todo la parte final (perdonad el atrevimiento de subrayarlo)... Afirmarse en las promesas de Dios tal y como nos afirmamos con los pies en el suelo para impedir que una corriente de aire nos arrastre. O mejor aún, de la misma forma que en que cavamos hondo para poner los cimientos de lo que será nuestro hogar. Donde albergaremos a los nuestros y donde nos sentiremos seguros para descansar. Unos cimientos firmes. Que no se moverán en medio de la tempestad ni temblarán ante la lucha o la adversidad..
Afirmarnos en sus promesas... ¿Dónde vamos a estar más seguros?
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