Mateo 12:2"Viéndolo los fariseos, le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo"
Cuando leía este texto en la mañana me preguntaba: ¿lícito para quien? ¿para Dios o para ellos? Creo que es muy importante que distingamos la diferencia entre lo que es o no es lícito hacer para Dios o para nosotros. El corazón del hombre es engañoso más que todas las cosas, ¿quien podrá confiar en él? Que peligroso es que nosotros pongamos las normas. Que peligroso es que nos creamos en posesion de la verdad absoluta de las cosas. El pasaje termina con esa declaración contundente del Maestro en la que dijo que él es Señor del sábado. El sábado no es nuestro, es del Señor. Nuestra vida no es nuestra, es del Señor. Las normas no las ponemos nosotros, las pone el Señor. Nosotros no decidimos qué es o no es lícito, lo decide él. Aleluya porque él es omnisapiente y su amor excede a todo conocimiento. Amen.
Un abrazo y feliz día,
Roberto.
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